viernes, 16 de mayo de 2008

Afirman que la violencia juvenil tiene bases en la falta de diálogo


DIARIO "LA GACETA" (TUCUMÁN)

La opinión de dos profesionales. “El chico necesita un papá y una mamá que se sientan seguros de lo que dicen”. La falta de tolerancia.

Buenos Aires.- Los episodios de violencia juvenil son siempre un llamado de atención para la sociedad, y más allá del debate sobre imputabilidad de los menores, la pregunta es qué rol deben ocupar las familias y los educadores en el combate de un fenómeno que se cobra gran cantidad de vidas cada año."Hay mucha más violencia que en otras épocas, ésto tiene que ver, entre otras cosas con una sociedad donde la palabra está devaluada y no está puesta no justamente en el lugar de transmisión sino en el de defensa y de ataque. Cuando no hay palabras hay acción en relación a algo que se quiere comunicar. La violencia en los jóvenes es una forma de comunicar", advirtió el psicólogo Sebastián Vázquez Montoto, de la asociación Adolescentes por la Vida.A un diagnóstico similar llegó Nora Leal Marchena, presidenta de la Asociación Argentina de Psiquiatría Infanto Juvenil: "Los jóvenes se unen en bandas dominados sobre todo por el miedo a la exclusión. Estas bandas tienen muy poco lenguaje. Llama mucho la atención ver la dificultad que tienen para expresar una idea, para decir una frase completa", dijo."El lenguaje es lo que arma el nexo social, no existe lo social sino en el lenguaje. El chico que desde chico se lo incentiva con la narrativa, se le cuentan cuentos, se lo anima a hablar, se lo escucha, se lo incentiva con el lenguaje va generando un nexo simbólico que conforma al sujeto. Si no existe capacidad de simbolizar, existe el impulso y la acción y por lo tanto la violencia", señala Leal Marchena. "El chico no necesita un amigo ni un padre autoritario, necesita un papá una mamá que se sientan seguros de lo que dicen. Que puedan decir `esto sí y esto no, esto funciona, esto no funciona`. Que no estén dudando, sino que estén tranquilos y seguros. A los padres les cuesta ejercer esta función porque ellos están inseguros", subrayó. El psicólogo Vázquez Montoto advirtió que uno de los elementos que dificulta la fijación de límites a los jóvenes es que "hoy por hoy la imagen que tiene el adulto es muy poco adulta, muy poco contenedora". "Esto se ve a nivel social, no solamente en los jóvenes. A quien no piensa igual que yo, a quien se opone a mí no lo puedo tolerar. Ante eso quedan dos caminos: uno es neutralizarlo, hacerlo desaparecer para quedar en su lugar. Hay otra forma encubierta de violencia es la discriminación", explicó. (NA)




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